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jueves, 24 de noviembre de 2011

ENTREVISTA: ''LA GENTE NOS DA LAS GRACIAS POR PODER COMER FUERA''. CONOCEMOS A UNA HAMBURGUESERIA CON PRODUCTOS A UN EURO

¿Se imaginan comer una familia entera por 8 euros? ¿Llevarse un campero a un euro en el que se corresponda calidad y precio? Hoy conocemos LARADA, en Camino Suárez, cerquita del Hospital Civil malagueño. En la terraza, cumpliendo la famosa Ley Antitabaco. Con una sonrisa en la cara y la Blanca Paloma en su corazón nos atiende con mucha amabilidad la dueña de esta hamburguesería. Una chica perchelera que no alcanza los 30 años, madre de una preciosa criatura y líder de un equipo en el que todos trabajan codo a codo sin escalones de por medio. Una mujer con ‘ESTRELLA’, Raquel Jurado.

Luis Algoró: ¿Cuándo y cómo surgió la idea de LARADA anti-crisis?
Raquel Jurado: Pues surgió gracias a un primo mío que es feriante y veía como llevábamos muchos años trabajando aquí con el mismo nombre pero con otros precios y no vendíamos apenas nada. Él nos sugirió ponerlo todo a un euro y nos liamos la manta a la cabeza y en cinco días reinauguramos LARADA ANTICRISIS, con nuevos carteles, uniformes y conociendo los sitios donde comprar más baratos. El primer día mi marido y yo llorábamos solo por haber hecho 150 euros y cuando ves que esto sigue te ilusionas. El hecho de que una familia venga y te diga ‘Gracias porque por ti podemos seguir comiendo en la calle’.
L.A: ¿Por qué este nombre?
R.J: Pues LA de mi hija Laura, y las iniciales de mi marido y mías, que nos llamamos Raquel y Dani. El nombre ‘anticrisis’ los añadimos el 1 de noviembre de hace dos años para rebelarnos contra la situación económica. Aún así las cosas están más flojas ahora, pero he tenido suerte ya que han surgido imitaciones pero han cerrado porque aquí la calidad y el precio son equivalentes.
L.A: ¿Al final, le ganáis suficiente dinero?
R.J: Pues depende de la cantidad que vendamos, ya que compramos al por mayor y realmente el 80% de lo ganado lo invertimos en comprar mercancía que es de calidad. Las patatas pese al precio siguen siendo de marca al igual que el tomate. La carne se compra al día y el aceite es refinado para freír. Eso la gente lo agradece. Somos cuatro empleados alternándose Jorge con otra trabajadora, pero al principio éramos quince y esos sueldos hay que pagarlos claro está. Considero a mis empleados como mis niños, muy activos y buena gente, eso se agradece en la lucha diaria por ganarnos algo.
L.A: ¿De dónde viene la clientela?
Raquel:''Al princio las colas llenaban la calle entera''
R.J: Pues de todos sitios, desde los pueblos y la capital de Málaga hasta gente que viene de Madrid y se llega a conocernos. Nuestros propios clientes han creado una web para comentar e intentaremos estar más en las redes sociales. Sin embargo nuestros clientes son muy variados, porque un día viene uno y luego vuelve su primo o su hermana y así vamos creando público que es muy bueno. Mi clientela me tranquiliza mucho cuando hay demasiada gente, se esperan y saben que intentamos tardar lo menos posible.
L.A: ¿Anécdotas curiosas?
R.J: Pues un día fui a urgencias de Carlos Haya y la gente no me dejaba e incluso el médico me conoció y me metió corriendo a hacerme las pruebas. La verdad es que la gente me paraba para agradecerme también esta idea. Luego en otra ocasión vino la policía secreta pero con muy malas pintas y yo creía que eran negativos para el negocio y los atendí corriendo cuando a los días me enteré que eran agentes porque me los encontré de casualidad por la Rosaleda. ¡Qué fatiga pasé! Se me quedó la cara ‘‘cortá’’.
L.A: Alguna gente piensa que estos negocios son una tapadera de otras cosas…
R.J: Pues siendo sincera, la policía ha venido, sobre todo al principio, a preguntar sí no teníamos trabajo por otro sitio. Para nada, nosotros trabajamos para poder pagarnos nuestra casa, seguir viviendo que hoy en día no es poco y en mi caso personal cuento con el trabajo de mi marido. Somos gente currante que queremos mantenernos y si puede ser con precios económicos para la gente pues mejor que mejor. Con el tiempo ya veremos si cambiamos o continuamos así, según la coyuntura económica.
L.A: ¿Habéis tenido algún problema?
R.J: Pues con el vecino de arriba sí porque decía que no teníamos licencia y molestaban los clientes. Llegó a amenazarnos e incluso tirar a los clientes de la terraza cubos de agua además de taparme el sumidero haciendo el humo revocase y eso lo hemos tenido que cambiar. La denuncia la ganamos porque acreditamos toda la documentación. Pero son gajes del oficio.
L.A: Para ir finalizando, te pregunto por un sueño…
R.J: Pues la verdad que lo tengo todo no puedo quejarme. Espero poder seguir pagando mis gastos e ir tirando hacia delante.

Pues la vida sigue latiendo entre hamburguesas, camperos o pizzas en Larada de 19,30 a las doce de la noche de lunes a jueves y los fines de semana hasta la una. Raquel sigue confiando en poder seguir con este proyecto y las mesas de esta hamburguesería se quedan esperando vuestra visita. Por solo un euro puedes tomarte un campero, una hamburguesa, una pizza, un bocadillo de pinchito o una ración por persona de patatas. ¿Alguien da más?

Nota: Mañana conoceremos a Jorge Antelo, empleado de Larada: ''Cuando apruebe, cambiará mi vida'' afirma. Más, muy pronto.
LUIS ALGORÓ/DIARIOATIEMPOSPAIN

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